CABAÑAS, Aurelio

AURELIO CABAÑAS CABEZA

Cuenca, 03-03-1920 / Cuenca, 14-01-2017

Pintor autodidacta y figurativo, de prolífica obra, sobre todo en el terreno del paisajismo vinculado a la capital conquense, con especial dedicación al río Júcar y sus riberas y también con destacada afición hacia la Semana Santa, para la que hizo los carteles anunciadores de 1984 y 2002. Nacido en el seno de una familia de artistas, hijo del músico Nicolás Cabañas y hermano del también músico y pintor Alfonso Cabañas, desempeñó un papel esencial en las tareas de recuperación de la Semana Santa de Cuenca tras la guerra civil. Miembro fundador de la Hermandad del Prendimiento, ocupó el puesto de secretario de la Junta de Cofradías entre 1973 y 1990.

Su actividad expositora se limitó prácticamente sólo a Cuenca, aunque aceptó presentar alguna fuera de su ámbito natural, en Ciudad Real o Murcia, pero fue en la ciudad conquense donde mostró regularmente su trabajo a lo largo de medio centenar de muestras individuales, iniciando la serie en abril de 1981, en el Círculo de la Constancia. También realizó diseños de carteles para la Feria del Libro y las Fiestas de San Mateo. En una de sus citas periódicas con el público conquense, la de abril de 1991 en la Caja de Ahorros, José Luis Jover expresó de manera cálida la forma en que el pintor había sabido acercarse al paisaje de Cuenca, singularmente para interpretar el discurrir del río Júcar:

“Hay en la pintura de Aurelio Cabañas una Cuenca sin tiempo, detenida. Es la luz la que cambia, aun permaneciendo. Es el color del agua del río el que cambia, igual que cambia el río, aun siendo el mismo río. Y es la gama de colores la que se hace cambiante –del amarillo al verde- en el árbol que permanece. La pintura de Cabañas detiene esa luz del aire, del río y del árbol: luz cambiante, pero luz detenida. Un pintor no es lo que pinta, sino el estilo con que pinta. ¿Y acaso no es inconfundible el estilo de Cabañas al pintar esa Cuenca detenida en el tiempo?

Aquí puede verse una mancha, allí una veladura; más acá un reflejo, más allá una transparencia. Porque así son el aire, el agua, la hoja o la piedra del paisaje de Cuenca tocado por la mirada de Cabañas, tocado por la pintura aguada de Cabañas. Y ahí queda ese paisaje: detenido, sin tiempo”.

En el año 2002 volvió a recibir el encargo de elaborar el cartel anunciador de la Semana Santa de Cuenca, para la que hizo una obra de corte clásico, muy alejada de las tendencias del cartelismo moderno.

Referencias: Julián Recuenco Pérez, “Aurelio Cabañas, un hombre del Renacimiento”. ArtDeCuenca, núm. 4, primavera 2007, pp.44-47.