Almodóvar del Pinar, 09-02-1896 / Barcelona, 1991
Inició su actividad pictórica en la segunda década del siglo XX, contando desde el inicio con el apoyo de la Diputación Provincial, que en la sesión del 28 de diciembre de 1914 acordó concederle una pensión de 500 pesetas por sus notables condiciones para la pintura medida de protección que se le fue renovando en años siguientes, incluso con algún pequeño aumento (250 pts. en 1916) , hasta llegar a mil pesetas anuales en 1922, cuando estaba matriculado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, si bien con la condición de obtener las notas de sobresaliente, “requisito indispensable para continuar gozando de dicha pensión” además de entregar a la corporación un trabajo de fin de curso en el que se puedan apreciar los progresos realizados. Ese mismo año pide permiso para hacer una exposición de sus obras en el Palacio provincial, cosa que se autoriza el 31 de agosto para efectuarla en el salón destinado a elecciones, pero a base de caballetes, sin perforar las paredes y ello tras haber entregado el 2 de agosto, una certificación de haber obtenido diploma de primera en la asignatura de Ropajes. Pero la corporación, en el año siguiente, decidió poner término a esta larga colaboración económica con Buendía, al considerar que ya llevaba ocho años disfrutando de la pensión, tiempo en exceso dilatado, así que por acuerdo del 1 de febrero de 1923 se puso fin al patrocinio.
No se rindió el interesado, aunque esperó algún tiempo para reaccionar. Su petición se ve en el pleno del 16 de junio de 1925 y consiste en proponer a la corporación que se le adquiera el cuadro Los amantes de Teruel, que dice haber iniciado en la época en que era pensionado y cuyos gastos ascendieron a 1.065 pesetas, comprometiéndose a hacer otro del mismo tamaño por el precio de 1.500 pesetas, pero los diputados no se conmovieron por esta doble oferta y aludieron al consabido pretexto del estado precario de la caja provincial para rechazarla.
En los años siguientes, Joaquín Buendía aparece como profesor de la Escuela de Artes y Oficios y desde ese puesto docente presenta a la Diputación una petición para que se le autorice a solicitar una pensión de la Junta para la Ampliación de Estudios, para acudir a uno de los centros formativos de carácter artístico en el extranjero, por un plazo no inferior a seis meses, solicitando que durante ese tiempo se le respete la plaza que ocupa, a lo que no accedió la Comisión Provincial (14 de febrero de 1930) con el argumento de que con ello quedaría desatendida la enseñanza.
Paralelamente, Joaquín Buendía también contó con una pensión del Ayuntamiento de Cuenca para estudiar en la Escuela de Bellas Artes, donde obtuvo brillantes calificaciones que merecieron la felicitación de la corporación. En el año 1929 participó en el Salón de Otoño celebrado en Madrid mientras se anunciaban preparativos para ofrecer próximamente una exposición en Barcelona con cuadros de motivos conquenses. En ese momento era profesor Ayudante interino de la cátedra de Dibujo en el Instituto de Segunda Enseñanza de Cuenca, desde el 17-05-1922, optando en adelante por la carrera docente, en la que obtuvo plaza de catedrático el 21-08-1932 con destino sucesivo en los institutos de Santander, “Goya” de Madrid y “Milá y Fontanals”, de Barcelona, vinculándose ya de manera definitiva a la capital catalana. Durante ese periodo editó varias carpetas tituladas “Elementos de Dibujo” para estudiantes de Bachillerato.