BRISQUET, José Ramón

N. probablemente en Gandía, Valencia / Orihuela, c.1900

Organista de la catedral de Cuenca entre 1853 y 1855. Fue cura párroco de Villar del Águila antes de pasar a la catedral, en la que se hizo cargo de la organistía el 24 de febrero de 1853, por nombramiento directo de la reina (decreto de 13 de enero) y sin tener en cuenta la opinión del cabildo conquense por lo que de inmediato se suscitó una clara tensión entre el recién llegado y el cuerpo colegial en que debía integrarse. De hecho, apenas un mes después, el cabildo le prohibió tocar el órgano, retirándole las llaves mientras se elaboraba un plan de obligaciones al que debería atenerse cuya carencia, al parecer, había derivado en el hecho de que Brisquet actuaba por su cuenta y no a gusto del cabildo con la consecuencia de no haber asistido a las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa en la catedral. A finales de 1853 el mismo cabildo impuso a su organista tres multas consecutivas, tal era la actitud insolidaria y anómala que Brisquet estaba llevando a cabo y que se concretó, como explica Fernando J. Cabañas, en la reiterada negativa a acompañar con el órgano a los candidatos que debían participar en unas oposiciones para cubrir la plaza de sochantre e incluso se negó a entregar las llaves del órgano mayor, cuando le fueron requeridas, obligando a su sustituto, el organista segundo, a cumplir el encargo desde el órgano pequeño. Circunstancia que el cabildo interpretó como que Brisquet carecía de la necesaria preparación técnica, advirtiéndole que, si seguía en su posición díscola, le serían retiradas las llaves sin devolvérselas hasta que demostrarse de manera fehaciente su cualificación, recordando que, por ser de nombramiento real, no había sufrido el trámite de la oposición. Pero lejos de amainar los ánimos, las cosas se fueron encrespando con el paso de los meses. El año siguiente fue más tranquilo, gracias a que contrajo el cólera en una visita a su tierra natal y ello la mantuvo alejado de Cuenca varios meses y, sin regresar, en la primavera de 1855 decidió opositar a la plaza de organista de la catedral de Orihuela, decisión que fue calurosamente apoyada desde el cabildo de Cuenca y que culminó con su traslado a aquella ciudad el 10 de septiembre de dicho año. Es curioso señalar que para efectuar tal oposición, Brisquet pidió un certificado favorable y el cabildo, sin duda encantado con la posibilidad de perderlo de vista, acordó “que se le expida con la recomendación mayor que sea posible”. Pero aún falta un detalle más para enriquecer el conocimiento de esta levantisca personalidad: nunca comunicó al cabildo el resultado de la oposición, de manera que seis meses después, el deán de Cuenca hizo gestiones personales con su colega de Orihuela y así pudo enterarse de que, efectivamente, Brisquet había ganado aquella plaza, que ya estaba ejerciendo y que ocupó hasta 1898, en que enfermó de cataratas, falleciendo quizá un par de años más tarde. En el archivo musical de la catedral conquense se conserva un Concierto de 6º tono para dos órganos de Brisquet, fechado en 1852 y en la de Orihuela un Te Deum laudamus, para cuatro voces, orquesta y órgano.

Referencias: Fernando J. Cabañas: “Un valenciano en tierras conquenses: José Ramón Brisquet”; Crónicas de Cuenca, núm. 176; 17-06-2000, pp. 36-37 / Idem, “José Ramón Brisquet, organista primero de la catedral de Cuenca (1852-1855)”. Toledo, 1996; Escuela Universitaria de Magisterio de Toledo, Docencia e Investigación, enero-diciembre 1996, pp. 5-10 / Idem, “Músicos conquenses de otros tiempos: II. José Ramón Brisquet, organista primero de la catedral de Cuenca (1852-1855); Revista Cuenca, núms. 39-40 (1992), pp. 85-95.