BONILLO, Bonifacio

BONIFACIO BONILLO FERNÁNDEZ

Cañaveruelas, 14-05-1899 / Córdoba, 11-09-1978

Miembro de la Orden hospitalaria de San Juan de Dios, en la que ingresó como novicio en 1924, ejerció su actividad en Madrid y Bilbao, antes de ser trasladado a Córdoba en 1935, ciudad en la que trabajó intensamente y en la que el 10 de diciembre de 1972 recibió la Gran Cruz de la Orden de Beneficencia por la tarea asistencia desarrollada en el Hospital San Rafael, donde el hermano Bonifacio alcanzó una enorme popularidad. Había nacido en el seno de una familia de humilde condición, lo que le obligó a emigrar de su pueblo para buscar trabajo en Barcelona, tarea ciertamente complicada hasta que lo encontró en el asilo de la Inmaculada, de los Hermanos de San Juan de Dios. El trato con los asilados y enfermos despertó su vocación, por lo que decidió ingresar en la orden. Empezó su formación en Ciempozuelos y la completó con el noviciado en Carabanchel Alto, emitiendo los votos en 1926, iniciando su actividad, ya como hermano, en la clínica infantil de Santurce (Bilbao) y luego en el asilo de San Rafael, de Madrid, y los de Granada y Córdoba, en el que ingresó el 5 de mayo de 1935 y se ubicará de manera definitiva. La Orden hospitalaria había recibido en 1934 la donación de una finca de naranjos llamada San Pablo, en la avenida El Brillante, que se habilitó como lugar de acogida para enfermos abandonados y niños con secuelas y malformaciones óseas. El hermano Bonifacio será el encargado de buscar el sostenimiento para el nuevo hospital porque, como dice su biógrafo Juan Muñoz: “Se muestra incansable en su diario peregrinar por las calles de Córdoba. Casas, oficinas, bares y comercios son visitados con asiduidad. También prácticamente todos los pueblos de la provincia. Incluso habla con los proveedores y no solamente consigue aplazar las fechas de pago, sino que también logra abaratar los precios”. El hermano Bonifacio resultó fundamental para afianzar el sostenimiento del hospital. El maestro Solano Márquez escribió: “Se parece a Juan XXIII. Viste parduzco hábito y sus sandalias han pisado en verano o invierno todos los cortijos de la provincia. Se levanta con las claras y aborda a los señoritos en el Mercantil, Ivory y Savarín. Luego a lo mejor coge su Land Rover y se va a los cortijos a recoger limosnas en especies: trigo, garbanzos, animales, lo que buenamente caiga”. De esa manera y a través de una labor continuada e incansable, se convirtió en una de las figuras más populares de la ciudad cordobesa, donde era conocido cariñosamente con el apelativo de Fray Garbanzo.  En esa labor estaba cuando en 1978 sufrió un accidente en el que se fracturó el húmero, seguido al mes siguiente de una trombosis cerebral que le produjo la muerte. En la ciudad de Córdoba, una calle lleva su nombre. El 10 de diciembre de 1972 el gobierno le concedió la Cruz de Beneficencia. El 18 de noviembre de 2022 la diócesis de Córdoba abrió la causa para su beatificación.

Referencias: Juan Muñoz Cascos, El hermano Bonifacio. Excelentísimo señor limosnero. Su biografía. Córdoba, 1984; Fernández Hidalgo /  A. López Martín, “Primer centenario del hermano Bonifacio” Juan Ciudad, 444 (1999( /  J. Pérez Acosta, “Centenario del hermano Bonifacio”. Juan Ciudad, 446 (1999) /