Tarancón, 20-01-1871 / Cuenca, 28-03-1953

Uno de los personajes más populares en Cuenca en las primeras décadas del siglo XX, marcado por un auténtico carácter emprendedor. En su juventud, trabajó en la tahona de sus padres en la ciudad taranconera, pero al terminar el servicio militar decidió afincarse en la capital de la provincia, abriendo en 1913 un bar en Carretería, con el título de Tupi Bonilla, situado en el mismo lugar en que ahora se encuentra la heladería Capri. Diez años después trasladó el negocio a la calle Doctor Chirino, donde abrió un local denominado Bar Regio Bonilla, que destacaba por la elegancia de sus instalaciones. Otros diez años más, y en 1933 abrió el local definitivo, Bar Espumosos Bonilla, situado en el punto en que Carretería enlaza con la Plaza de la Hispanidad, que permaneció abierto hasta su derribo en 1982 para levantar el edificio de la Caja Rural de Cuenca (actualmente Globalcaja). A lo largo de esa evolución, los bares de Bonilla consiguieron un sólido prestigio gracias a la calidad natural de los productos utilizados, que dieron fama tanto a los cafés como a la horchata de chufas y helados, así como varios refrescos de frutas. Esa permanente actividad en el gremio de la hostelería encontró un singular complemento cuando en 1927 consiguió la adjudicación del servicio de autobuses entre la parte baja de la ciudad y la Plaza Mayor, el primero de ese carácter que tomaba forma en Cuenca y que sirvió para que todavía hoy se recuerde entre sonrisas y respeto, “el autobús de Bonilla”.

Caricatura de Ricardo Pérez Compans en El Día de Cuenca (1928)

Referencias: Antonio Rodriguez Saiz, “Sebastián Bonilla: ejemplo de esfuerzo y eficacia”. La Tribuna de Cuenca, 12-04-2022, p. 32.