BARRIENTOS, Inés de

Esposa de Luis Carrillo de Albornoz a la que corresponde el protagonismo de una anécdota situada durante el levantamiento de las Comunidades en Cuenca. Se cuenta que uno de los cabecillas de la revuelta se burló de su marido y ella asumió la reparación del agravio en forma harto eficaz: invitó a cenar a todos los capitanes comuneros y consiguió embriagarlos, de manera que una vez dormidos ordenó a los criados que les cortaran la cabeza y las colgaran de la ventana de la casa para escarmiento y ejemplo de todos los demás. Lo que no dice la leyenda es cómo respondió la justicia ante semejante presunto asesinato colectivo. La casa protagonista de tan macabro suceso se conocía en Cuenca como Posada del Alcalde de los Hidalgos y es la misma, totalmente modificada, que actualmente sirve de Palacio de Justicia, frente a la Puerta de San Juan.