BARDAJÍ Y AZARA, Eusebio

Graus, Huesca, 19-12-1766 / Huete 07-03-1844

Oriundo de Aragón profesó sinceramente de conquense por su enlace con doña Ramona Parada que era de Huete; en esta ciudad vivió durante todos los periodos libres de su vida pública” hasta su muerte, dice Torres Mena de este activo político durante los dos periodos constitucionales, en los que representó a la provincia conquense en las Cortes, siempre en formaciones progresistas. Nacido en una sólida familia aragonesa, estudió en la Universidad de Zaragoza y en 1788 pasó al Real Colegio de San Clemente de los Españoles, en Bolonia. Llegó a dominar el italiano, el francés y el inglés y con esa apoyatura lingüística fue nombrado secretario de la legación de España en Florencia, comenzando así su carrera diplomática. En 1799 fue promovido a la primera secretaría de Estado y al año siguiente a la secretaría de la embajada de España en París, de donde pasó el mismo año a la de Viena. Llamado por Pedro Ceballos, retornó a Madrid y el 3 de noviembre de 1806 contrajo matrimonio con la citada señora, dando así inicio a su ya constante vinculación con la provincia de Cuenca. Participó en las negociaciones para intentar casar a Fernando VII con una princesa napoleónica e inicialmente colaboró con el invasor francés pero tras ese primer periodo, se integró de lleno en la causa de la Junta Central, que en 1809 le nombró para el nada fácil cargo de embajador oficial de España en Viena, como ministro plenipotenciario en las negociaciones emprendidas por ambos países para formar una alianza contra Napoleón, propósito frustrado puesto que Bonaparte acabó pronto con la resistencia austriaca; cargo al que sucedieron las representaciones diplomáticas en las Dos Sicilias, Lisboa (donde en 1812 juró la Constitución gaditana), Estocolmo y San Petesburgo, ciudad en la que murió su esposa Ramona, en un accidente. Tras el regreso al trono de Fernando VII, fue nombrado embajador en Turín (1816) y Londres (1820) por poco tiempo, pues accedió al cargo de ministro de Estado en 1821. Fue sometido a un proceso de depuración durante el periodo absolutista, a causa de sus evidentes connotaciones constitucionales. En 1834 fue prócer del Reino y en 1837 ministro de Estado con Espartero, llegando a ser presidente del gobierno durante un breve periodo de dos meses (octubre a diciembre) de 1837. Tras esta última experiencia política se retiró a vivir en Huete y allí permaneció hasta su muerte. Senador por Cuenca hasta que un decreto de 27-12-1840 le sustituyó por el marqués de Valdeguerrero. Gil Novales anota que Bardají ha sido juzgado de muy diversas maneras, desde que dirigía su astucia al propio provecho hasta que era indiscreto porque le gustaba demasiado el champán”, observación ciertamente pedestre e impropia de un trabajo serio de investigación. Añadiremos finalmente que, según algunas referencias, dejó escritas varias obras: Cuestiones de Estado, Historia de las mediaciones diplomáticas e Historia del condado de Luca, que debieron quedar manuscritas y en paradero desconocido, puesto que de ninguna de ellas hay referencias concretas sobre haber sido impresas.

Referencias: Alberto, Gil Novales, Diccionario biográfico del Trienio liberal, en colaboración, Madrid 1991, p. 73 / José Torres Mena, Noticias Conquenses. Madrid, 1878; Imprenta Revista de Legislación, p. 681.