Novelda, Alicante 26-07-1878 / Villalba del Rey, 18-08-1936

Canónigo. Inició sus estudios en el seminario de Orihuela, doctorándose en Teología en Valencia (1899) y en Derecho Canónico en Toledo, a la vez que ocupaba cátedras en el seminario y en la Escuela Normal de esta ciudad. Fue ordenado sacerdote el 23 de marzo de 1901 pasando a ocupar parroquias en Tobarra, La Unión y Albacete (la de San Juan), localidades todas en que mostró ya una natural disposición para fomentar congregaciones, cofradías y entidades de tipo social. El 13 de diciembre de 1911 tomó posesión de la canonjía doctoral de la catedral, tras ganar la oposición en que participaron otros cinco candidatos. El Mundo de ese día escribía: «Causa de admiración fue su extremada juventud, pues apenas contará treinta y tantos años, revelando en su faz amable el talento y altas cualidades intelectuales que le adornan». En Cuenca mostró pronto sus habilidades organizativas: estableció la Obra de las Marías y los Discípulos de San Juan; creó periódicos parroquiales; colaboró en los semanarios católicos El Centro y El Defensor de Cuenca; fundó el Sindicato Católicos de Oficios Varios; reorganizó la Orden Tercera de San Francisco y fundó la Juventud Franciscana. El obispo Cruz Laplana, a poco de hacerse cargo de la diócesis, le nombró director del seminario conciliar, al que llegó con ánimo reformador, tanto en la formación académica como en algunas costumbres seculares que modificó y suavizó (por ejemplo, el traje de salida a la calle de los seminaristas). Considerado en la época como “un revolucionario a lo divino”, su figura debió ser pronto valorada como peligrosa tras el golpe militar de 1936 y, en efecto, fue de los primeros sacerdotes en perecer a manos de la violencia desatada aquellos días, asesinado a tiros en un descampado de Villalba del Rey, donde se encontraba accidentalmente. Un vecino del pueblo recogió el cadáver y lo llevó al cementerio.