/ M. Cuenca, 19-07-1981

Funcionario de la Diputación Provincial, desarrolló una breve y casi anónima labor como pintor y ceramista. Fue profesor de Cerámica en la Escuela de Artes y Oficios que en épocas antiguas mantuvo la corporación provincial, tras haber obtenido un premio extraordinario en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid (1924). Decoró los techos de la antigua capilla de la Casa de Beneficencia (ya derruida), repasó los frescos de la iglesia de San Antón y realizó diversas pinturas, en especial murales.

Víctima de un expediente de depuración político-social emprendido por el franquismo, al llegar la democracia pudo acogerse al decreto de amnistía de 1976 y por ello el pleno de la Diputación celebrado el 28 de febrero de 1977 acordó su jubilación, con reconocimiento expreso de servicios durante el tiempo en que estuvo separado de su puesto como maestro pintor en la Casa de Beneficencia. De él escribió Carlos de la Rica: “José Alvaro lleva en la raíz el espergeo de la belleza y el arte: compone mosaicos, pinta acuarelas dignas de museo, colorea lienzos, cuece taraceas, levanta estatuillas, deja en las superficies de muebles volutas y oropeles, cuerpos y cabezas, uvas y pámpanos”. Sin embargo, su obra no ha trascendido ni superado el límite temporal de su trabajo.

Referencias: Carlos de la Rica: “José Álvaro El Artesano”. Revista Cuenca, núm. 16, 1979 (segundo semestre), pp. 129-131 / Carlos de la Rica: “Del hallazgo de un artista y cómo éste se llama José Álvaro”. Diario de Cuenca, 02-04-1981