Cuenca 27‑10‑1924 / Cuenca, 13-03-2017

Vinculado laboralmente a la Escuela de Magisterio de Cuenca como funcionario que tuvo a su cargo la secretaría administrativa, compaginó esa actividad con la de fotógrafo, que empezó a ejercer de manera aficionada para ir perfeccionando la técnica con el paso de los años, tarea en la que contaba con una predisposición natural que fue perfeccionando con ayuda de equipos cada vez más sofisticados, en cuyo uso fue pionero. Destacó en especial su aportación a través del objetivo ojo de pez que permitía obtener imágenes panorámicas circulares o también avanzados del tipo gran angular, con los que fue ofreciendo de manera sucesiva espectaculares imágenes de Cuenca. Con esa dedicación consiguió varias series fotográficas muy importantes, como las de la catedral, que sirvieron para ilustrar el libro preparado por el canónigo Jesús Bermejo, o de Semana Santa, además de otras relativas a los pueblos de mayor importancia histórica y artística de la provincia. Esa labor se interrumpió bruscamente a fines del siglo XX, cuando decidió guardar las cámaras y almacenar su archivo, renunciando a seguir adelante con tal actividad.