Castillo de Garcimuñoz / M. 1624
Gil González Dávila, en su Teatro Eclesiástico de la primitiva Iglesia de las Indias Occidentales (año 1649, I, 282-283) nos da la siguiente noticia, reproducida por Zarco: «Fueron sus padres el Licenciado Ávila y Elvira de Alarcón. Fue religioso de San Agustín, y tomó su hábito en el convento de Salamanca el 22 de setiembre de 1576. Fue de los primeros religiosos que tuvo la Descalcez desta Orden, y Provincial en ella. Fue a Roma a cosas de su religión a pie. En el año de 1612, electo obispo de Cáceres, en Filipinas, y obispo de Cuba. Consagróle en el convento de los agustinos recoletos de Madrid, D. Juan Bravo de Laguna, obispo de Urgento, religioso agustino. Partió a su obispado a pie descalzo, y el Consejo de Indias le mandó fuesse con la decencia que pide la dignidad. Embarcóse y murió en el mar, donde fue su sepultura». A estas noticias se pueden añadir otras: Conocido también como fray Gregorio de Santa Catalina, estudió en Salamanca y ocupó algunos puestos de responsabilidad en el seno de la Orden, como prior en Talavera, definidor de la congregación (1691), vicario general en Aragón (1603), donde fundó algunos conventos, prior en Valladolid (1606) tras lo que tuvo algunas desavenencias internas en la orden por lo que se retiró algún tiempo residiendo en el convento de su lugar natal, de donde salió para ser elegido provincial (1608), puesto en el que fue ratificado en dos ocasiones sucesivas. Reconocido por su prestigio como teólogo y predicador, fue designado obispo de Nueva Cáceres, en Filipinas (1622) a donde no llegó a incorporarse porque antes fue nombrado para la sede de Santiago de Cuba (1624). La muerte le llegó cuando naufragó el barco en el que viajaba hacia la isla para ocupar el obispado que le habían concedido.
Referencias: Teófilo Viñas, Agustinos en Cuenca. Cuenca, 1998; Diputación Provincial, pp. 104-105 / Julián Zarzo Cuevas, Relaciones de Pueblos del Obispado de Cuenca. Cuenca, 1927. Imprenta del Seminario, II, pp. 257.