Nació hacia 1553, seguramente en Cuenca, hijo del carpintero Andrés de Alarcón y Ana de Requena. Se conoce su actividad en la ciudad entre 1575 y 1594, tras aprender el oficio de entallador en el taller de Matías Hernández. En 1594 hace la puerta de la capilla de la Virgen del Rosario, en la iglesia del convento de San Pablo y la que cierra la capilla del Espíritu Santo, en la catedral, esta última en colaboración con el carpintero Pedro de Paraíso.
Referencias: María Luis Rokiski, “Los Hernández, una familia de entalladores en Cuenca”. Revista Cuenca, núm. 28, segundo semestre 1986; p. 67.