El día que el tren llegó a Cuenca

20,00 

ISBN: 978-84-949840-3-7
Páginas:465
Encuadernación: Rústica

Autor: José Luis Muñoz

El día que el tren llegó a Cuenca fue declarado de fiesta en la ciudad. Hubo repique general de campanas para anunciar a todos el acontecimiento, el público bajó en masa a la estación, encabezado por todas las autoridades, la Banda de Música de la Diputación animó la espera con sus alegres melodías y un desbordado entusiasmo acogió la aparición de la locomotora, que llegaba tras haber hecho las pruebas de resistencia en el puente de hierro sobre el Júcar. Era el 12 de julio de 1883 y el cándido pueblo conquense estaba convencido de que, con la llegada del tren, habían terminado la incomunicación de la ciudad y empezaba una nueva era de progreso.

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Descripción

Los avatares, problemas y sinsabores derivados de las obras del ferrocarril por Cuenca ocupan los dos primeros capítulos del libro El día que el tren llegó a Cuenca (y los trenes que nunca llegaron) con el que su autor, José Luis Muñoz, continúa desarrollando cuestiones que tienen que ver con la época contemporánea en nuestra provincia. En ese arranque se incluyen los curiosos comportamientos de las dos instituciones conquenses, la Diputación y el Ayuntamiento de la capital, que formaron parte de la sociedad constructora, con muy dispar actitud entre una y otra.

A lo largo de las 496 páginas de este libro se suceden los capítulos sobre el desarrollo de las obras del tramo Aranjuez-Cuenca y el Cuenca-Utiel para enlazar con Valencia, además de explicar los proyectos frustrados del ferrocarril a las minas de Henarejos y el tren directo Madrid-Valencia por Cuenca

En otros capítulos se hace un análisis crítico sobre el abandono sistemático que la administración ha mantenido siempre hacia la línea Madrid-Valencia por Cuenca, y se ofrece una recopilación de todos los proyectos surgidos para establecer otras líneas de comunicación con diferentes ciudades. También se analiza el desarrollo de la construcción del AVE, incluyendo las sucesivas polémicas suscitadas hasta definir el trazado que habría de ser definitivo, así como la conflictiva cuestión de los terrenos de la estación en Cuenca.

Por último, el libro ofrece dos apéndices, uno dedicado a la situación de la estación del tren convencional, en el centro de la ciudad y otro en el que se expone la llamativa situación de la línea Cuenca-Utiel a través de la cuenca del río Cabriel, con la espectacular sucesión de viaductos que forman un paisaje único así como sobre el proyecto de remodelación y utilización de las preciosas estaciones que jalonan ese recorrido.