OLIVARES, Francisco José

Rubielos Bajos, 17-11-1778 / Salamanca, 02-09-1854

Organista y compositor en las catedrales de Cuenca, Orihuela y Salamanca, que inició su actividad musical como niño de coro en el Colegio de San José, en la época en que el centro era dirigido por Pedro de Aranaz. Permaneció en el colegio hasta el año 1793 en que lo abandonó para ampliar estudios, contando para ello con una ayuda económica del cabildo. Hizo rápidos progresos que le permitieron en 1795 opositar a la plaza de segundo organista en la catedral, que obtuvo hasta que en 1795 aspiró a idéntica plaza en la catedral de Orihuela, en la que permaneció los siguientes siete años, periodo en el que se ordenó como sacerdote. El cabildo de Salamanca pidió a Aranaz que recomendara a un maestro de música capacitado para reorganizar la escuela de canto de aquella catedral, lo que hizo, en efecto, dando el nombre de Olivares al que consideraba el más capacitado de sus alumnos. A pesar de los intentos disuasorios del cabildo de Orihuela, nada pudo frustrar el propósito de acudir a su nuevo trabajo, lo que hizo en 1803, haciéndose cargo del Colegio de Niños de Coro al que acumuló pronto el de organista, sin necesidad de hacer oposiciones, cuando falleció el titular de ese puesto. En 1825 recibió ventajosas proposiciones del cabildo de Segovia, que no aceptó, pero sí aspiró cinco años más tarde a ingresar en la Real Capilla de Madrid, plaza que no obtuvo, por lo que siguió ocupando la de Salamanca, hasta su fallecimiento.

A su notable labor como maestro de capilla, en la que obtuvo un amplio reconocimiento profesional, hay que añadir una fecunda faceta de compositor, tanto de textos para la enseñanza musical, con la elaboración de gran número de cuadernos de solfeo, como un Plan de composición elemental, que sirvió de texto durante muchos años, sino como autor de gran cantidad de salmodias, motetes e himnos religiosos. Dejó escritas dos Misas a cuatro y ocho voces, para orquesta; dos Misereres; Villancicos del Santísimo Sacramento, Villancicos a la natividad de Cristo, Villancicos de los inocentes, Lamentación primera, feria quinta in Coena Domini; un Te Deum y una versión de las Siete palabras a tres voces, con acompañamiento de piano, además de algunas otras composicion profanas, entre las que se puede citar la titulada Abradates y Pantea. Escena seria puesta en música por Francisco José Olivares ofrecida a S.M. Fernando VII para que se cante en el cuarto de su Real Palacio en celebridad del feliz alumbramiento de la reyna nuestra señora (1817, escrita primero para un dúo a piano y luego para orquesta.

Referencias: José María Álvarez Martínez del Peral, “Conquenses Ilustres”. El Día de Cuenca, 19-09-1926 / Conciertos para dos órganos de la Catedral de Cuenca. J. Olivares, J. Pasarón, N.S. Gallardo.  Prólogo de Samuel Rubio. Instituto de Música Religiosa, 1983