Manzanera, Teruel, 16-01-1724 / Málaga, 07-09-1802
Arquitecto e ingeniero, que voluntariamente añadió a su nombre el apelativo de Aldehuela, probable referencia a su pequeño lugar de nacimiento y que empezó a usar a partir de 1772, añadiéndolo a la firma con su nombre. Estuvo casado dos veces, ambas en Cuenca, la primera con María Antonia Esteban, fallecida en 1773 y la segunda con María Antonia Conejos, dos años después de haber muerto la anterior. Tuvo once hijos, de los que tan solo le sobrevivió uno, el mayor de su primer matrimonio.
Su formación inicial la desarrolló en su ciudad natal, asumiendo la influencia del barroco francés. Aunque de esa primera etapa existe muy poca información disponible, sí se sabe que en 1745 recibió el encargo del obispo Francisco Pérez Prado de construir la iglesia del seminario de Teruel, edificio destruido durante la última guerra civil. También trazó los planos de la iglesia de Orihuela del Tremedal, aunque parece que no llegó a participar en la obra, iniciada en 1770, cuando ya se encontraba en Cuenca, a la que llegó hacia 1750, permaneciendo en la ciudad de manera ininterrumpida hasta comienzos de los años 80 de ese siglo. Aquí recibió por parte del Ayuntamiento el título de maestro mayor de fuentes y conductos (1766) mientras que el obispado le otorgó el de maestro mayor de obras (1771) pero, curiosamente, nunca el de arquitecto. En el estudio de su obra, Fernando Chueca distingue tres etapas: una primera en que predomina el estilo rocalla, de influencia francesa; una segunda, en que predomina la inspiración clasicista italianizante y la última, ya en tierras del sur, con acusada influencia del tipismo popular.
El papel de José Martín es fundamental en la definición de la actual fisonomía de la ciudad de Cuenca, al intervenir de manera destacada en la reconstrucción de gran parte de las iglesias que habían sido seriamente dañadas durante los conflictos bélicos de principios de siglo, especialmente los vinculados a la guerra de Sucesión. Fue llamado por el cabildo catedralicio, previsiblemente por los hermanos Carvajal y Lancaster, para terminar la construcción de la iglesia de San Felipe Neri que ellos habían promovido como oratorio familiar. El resultado debió parecerles muy satisfactorio y de esa forma el joven arquitecto quedó vinculado al obispado, donde recibió el cargo de maestro mayor de obras. Tenía su casa y taller en la Plaza del Carmen
Probablemente, nada más llegar a Cuenca conoció al arquitecto Ventura Rodríguez, que entonces estaba trabajando, llamado por el cabildo para modificar la Capilla Mayor de la catedral, dando lugar a la formación del Transparente y con el que colaboró en ese espacio. Concluidas las obras en San Felipe y siguiendo las indicaciones de la jerarquía diocesana, Aldehuela intervino a continuación en otras iglesias dañadas que no solo reconstruyó sino a las que aportó un toque personal que las hace fácilmente identificables, especialmente en aquellas señaladas por la cúpula elíptica de atrevido diseño o por la cromática decoración de inspiración rococó, habitual en los palacios civiles pero rara en edificios religiosos, de los que en Cuenca hay una llamativa colección.
Entre ellos destacan el ya citado Oratorio de San Felipe, vinculado a una residencia monástica, la de los filipenses, y formado por una sola nave de cruz latina; a continuación intervino en la que entonces era ermita de la Virgen de la Luz, que remodeló por completo y que es probablemente el más claro ejemplo del estilo de Aldehuela, tal como hemos señalado anteriormente. Otro modelo de este estilo es la iglesia del Hospital de Santiago, que construyó en colaboración de Francisco Moradillo. En el convento de San Pablo levantó la capilla del Rosario y la llamativa portada de sorprendente diseño con el que aventura una atrevida evolución de su estilo al incorporar una composición que precede a la modernidad del siglo siguiente. Participó en la reconstrucción de las iglesias de San Pedro, Santa Cruz y San Miguel y en la ermita de la Virgen de las Angustias, para la que hizo el trazado de su encantadora portada.
En la catedral de Cuenca José Martín intervino en numerosos espacios cumpliendo su papel de maestro mayor de obras. Entre 1764 y 1766 realizó el cerramiento del claustro, terminado medio siglo antes según el proyecto trazado por Juan de Herrera; realizó la parte superior del retablo de la sacristía mayor (1765); trazó y construyó la capilla del Pilar (1769-1771), en la que reprodujo sus ideas dando lugar a un excelente ejemplo del barroco tardío, con la original solución de incorporar un camarín que se resuelve como si fuera un gran templete, y que Chueca considera es lo mejor de su obra; solucionó el vestíbulo de la sala capitular (1772) y planteó algunas soluciones para la fachada principal (1774).
Desde Cuenca, Aldehuela se trasladó a Málaga, donde trazó parte del colegio de San Telmo, el Consulado, la iglesia de los Agustinos, el acueducto, el espectacular puente alto de Ronda, de un solo arco, sobre el río Guadalacín, el de Loja sobre el Genil y estaba trabajando en la terminación del palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada. Como complemento de su trabajo, escribió una gran cantidad de informes sobre muy diversas construcciones, entre las que figuran numerosas relacionadas con la problemática urbanística de Cuenca.
Referencias:
María Julia Alcón, “El barroco en Cuenca”. Madrid, 1982. Revista de Arqueología,, número 18 (julio), pp. 58-64 / José Luis Barrio Moya, Arquitectura barroca en Cuenca. Madrid, 1984; Universidad Complutense / Rosario Camacho Martínez, José Martín de Aldehuela (1724-1802). Del ornato rococó a la arquitectura hidráulica. Málaga, 2014; Fundación Málaba / Fernando Chueca Goitia, “José Martín de Aldehuela. Datos para el estudio de un arquitecto del siglo XVIII”. Arte Español, 1944, I trimestre; pp. 9-28 / Pedro Miguel Ibáñez Martínez, La iglesia de la Virgen de la Luz y San Antón y el barroco conquense. Cuenca, 2011; Fundación de Cultura / Ana María López de Atalaya Albaladejo, “Una nueva visión del arquitecto José Martín (Aldehuela) en la diócesis de Cuenca”. Málaga, 1994; Universidad, pp. 129-147 / Carlos D. Marassa Pablos, “El retablo de la Merced de Huete, obra de José Martín de Aldehuela”. Cuenca, 1986; Revista Cuenca, núm. 28, segundo semestre, pp. 91-94 / Jesús Mora Pastor, Aproximación a la figura del arquitecto José Marín (Aldehuela) y su obra en Cuenca. Cuenca, 2005; Diputación Provincial / J. Tembopury, F. Chueca, “José Martín de Aldehuela y sus obras en Málaga”. Madrid, 1947; Archivo Español de Arte, XVI, pp.7-19.