MARTÍN, Antón

ANTÓN MARTÍN ARAGÓN

Mira, 25-03-1500 / Madrid, 21-12-1553

La vida novelesca y aventurera de este personaje que parece extraído de un relato literario está envuelta, como suele ocurrir, más en la leyenda que en el entramado de datos ciertos, al menos durante su primera mitad. Así, el relato de los acontecimientos, verdaderos o aderezados por la imaginación, se sucede a saltos. Sabemos que era hijo de labradores no ricos, aunque acomodados, Pedro de Aragón y Elvira Martín. Quedó huérfano de padre a los pocos años y su madre volvió a casarse. Sus dos hermanos desaprobaron las nuevas nupcias de su madre, por lo que se emanciparon. El mismo Antón no debió trabajar mucho la tierra, puesto que de joven lo encontramos en la costa valenciana entregado al oficio de avisador de la presencia de piratas berberiscos aunque también se le menciona como guarda del registro de la aduana interior de Requena. El siguiente capítulo se desarrolla en Granada, donde según todos los indicios consiguió rápida fama de truhán, chulo, jugador y pendenciero, habilidades todas en que debía acompañarle su hermano Pedro, cuya muerte violenta fue el germen de la transformación profunda que había de experimentar nuestro protagonista.

En efecto, consumado el asesinato de su hermano y juzgado el criminal, Pedro Velasco, cuentan las crónicas que Antón Martín persiguió el cumplimiento de la sentencia de muerte con tal saña vengativa, que causaba espanto contemplar semejante demostración de odio vengativo pero mientras esperaba la ejecución de la sentencia, y a falta de un trabajo decente, se dedicó al juego y a todo tipo de actividades semidelictivas en las que se fue enredando cada vez más. Mientras, se hicieron repetidos intentos para lograr su perdón, sin conseguirlo, por lo que, agotadas otras vías, los mediadores recurrieron a quien habría de ser san Juan de Dios, fundador reciente de la Orden Hospitalaria y hombre, sin duda, extraordinariamente convincente: no sólo obtuvo de Antón Martín la clemencia que hasta entonces éste había negado, sino que le arrastró a ser militante activo en su caritativa empresa. Dejó pues atrás el serrano conquense aquella vida disipada y vistió el hábito blanco que le puso en contacto con la pobreza, el desarraigo y la enfermedad. Ayudante fiel de san Juan de Dios, continuó la obra de éste como promotor de actuaciones en favor de los desamparados, desde el Hospital de Granada, que dirigió a la muerte del fundador, en 1550. Dos años después fundó el Hospital de Nuestra Señora del Amor de Dios, construido en Madrid, en la plaza que lleva el nombre de Antón Martín a la vez que impulsaba la constitución de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Los terrenos destinados a la edificación fueron adquiridos el 3 de enero de 1552 por el contador del rey, Hernando de Somonte y cedidos a Antón Martín el 3 de noviembre del mismo año. Era un centro asistencial especializado en el tratamiento de enfermedades venéreas y dermatológicas, que se convirtió en toda una referencia en el conjunto del país, con un total de diez salas.  .Más tarde fundó otro hospital en Córdoba inicio de una expansión territorial que llevó estas instituciones a gran parte de España.

Casa natal de Antón Martín, en Mira [Foto José Luis Muñoz]

En 1587 se produjo un agrupamiento de los hospitales madrileños que convirtió al de Antón Martín en el mayor de la villa, al absorber al hospital del Campo de Rey y al de San Lázaro y que con el tiempo se convirtió en uno de los más importantes focos de ciencia médica en España. Dio nombre a la plazuela de Antón Martín, al mercado de Antón Martín y a la estación de Antón Martín, del Metro madrileño (odas ellas ubicadas en el antiguo Arrabal de Santa Cruz). El edificio original ya no existe pero sí sobrevive la iglesia, actualmente parroquia de San Nicolás y El Salvador. En el solar donde estuvo el hospital se levantó el pasaje Doré y el cine del mismo título, sede de la Filmoteca Nacional

Fue enterrado en el convento de San Francisco desde donde su cuerpo fue trasladado en 1596 a la iglesia del hospital de que había fundado y finalmente, en 1944, al Asilo de San Rafael. En 1986, la villa de Mira recordó a su famoso hijo, rindiéndole un homenaje que se concretó en la estatua que desde ese momento ocupa uno de los rincones del lugar.

Retrato: Anónimo, siglo XVIII. Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Referencias: José María Álvarez, Martínez del Peral, “Conquenses ilustres”. El Día de Cuenca, 17-11-1926 / J. Álvarez-Sierra Manchón, Antón Martín, el Madrid de los Austria. Madrid, 1961; Imprenta de los Hermanos de san Juan de Dios / Antonio Chacón- Gómez-Monedero, Personajes de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 1990; JCCM, p. 74 / Enrique Domínguez Millán, “El milagro de la conversión”. La Tribuna de Cuenca,12-10-2019, pp. 22-23 / L.V. Ortega Lázaro, Antón Martín -el Hermano Antón Martín- y su Hospital en la calle Atocha de Madrid, 1500-1936. Madrid, 1981 / Juan Santos, Cronología hospitalaria y resumen historia de la Sagrada Religión del Glorioso Patriarca san Juan de Dios. Madrid, 1715-1726, pp. 458-475.