LUJÁN, Bienvenido

BIENVENIDO LUJÁN RUBIO

Cañada Vedija, aldea de Mira, 10‑08‑1940

Matador de toros. Viste el traje de luces por primera vez el 01‑10‑1959 en Montalbo, actuando frente a reses de Abel y compartiendo faena con Angel Tomillo. Se presentó en la plaza de Cuenca el 08-08-1960 frente a novillos de Soriano y junto a Lagartijo II y Vicente Escribano Chato de Motilla. Tras una veintena de acciones de poca importancia, debuta con caballos en la plaza de Cuenca, el 1 de julio de 1961, con toros de Muñoz Aguilar y teniendo como vecinos de terna a Juan Espejo y Vicente Escribano. Dio el salto a la plaza de Madrid el 08-08-1964 enfrentándose a un novillo de Campocerrado, en un festejo en el que también participaron Pedro Somolinos, Antonio Poveda, El Rerre, Rafael Pacheco y José Antonio Rodrigo.

Siguió esforzándose en los años siguientes, sin que le faltara algún sobresalto, como el sufrido el 25 de septiembre de 1968 en Guadalajara, donde fue cogido de gravedad por un novillo de Bernardino Jiménez al que, pese a todo, le cortó una oreja. Toma la alternativa el 9 de marzo de 1969 en Alcalá de Henares con Vicente Punzón de padrino y José Manuel Inchausti «Tinin» de testigo; enfrente, el toro Estudiantillo, de Alonso Moreno de la Cova a quien cortó una oreja. Confirmó la alternativa el 29 de junio de ese año en la corrida goyesca del Círculo de Bellas Artes, con Tinín de padrino y testigos Juan Antonio Alcoba y el rejoneador Juan Manuel Landete, con toros de Manuel Santos Galache; en este caso, su primer toro fue «Retinto». Toreó en Buitrago a finales de julio de 1969, con reses de Pablo de la Serna Ferrer, cortando las dos orejas y el rabo de su enemigo. El 21-09-1969, en la plaza de las Ventas de Madrid, Bienvenido Luján hizo de testigo en la alternativa de Rafael Roca, que le dio El Caracol, con ganado del conde de la Maza. Las únicas ovaciones de la tarde fueron para Luján, que estuvo valiente y decidido en los dos toros. En ambos, salió a saludar a los medios. Sin embargo, dice Cossío, a partir de ese momento su carrera, tan prometedora de novillero, entró en una senda rutinaria, con muy escasos festejos a los que acudir, por lo que en 1973 decidió abandonar los ruedos

Referencias: José María de Cossío, Los Toros. Tratado técnico e histórico. Madrid, 1986, Espasa Calpe, V edición, tomo V, p. 1164)