Sólo se conoce el nombre de este aventurero, que declara haber nacido en Cuenca y que formó parte de la expedición encabezada por Lope de Aguirre en busca del mítico El Dorado. El viaje fue organizado por iniciativa del virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete y se inició en 1559, encabezado por Pedro de Ursúa, cuyos errores provocaron la rebelión de los 300 soldados que mandaba, quienes, ya en plena selva amazónica, entregaron el mando al iluminado Lope de Aguirre quien transformó la expedición en busca del oro en otra que va recorriendo valles y lugares sembrando el terror, con la ilusa pretensión de formar un imperio indígena, independiente de la corona de España. Es así como en 1561 envía una carta a Felipe II, declarándole su enemigo y mencionando en ella a sus más destacados ayudantes. Este es el documento en el que aparece el nombre de Juan López de Ayala, natural de Cuenca que, sin embargo, no se encuentra entre los de quienes se mantuvieron junto a Lope de Aguirre hasta el final de su locura, por lo que hay que suponer que el conquense, como otros muchos, abandonó la expedición antes, acogiéndose al perdón real.