ECONOMÍA FORESTAL DEL AYUNTAMIENTO DE CUENCA
Joaquín Saúl García Marchante
Cuenca, 1985. Diputación Provincial de Cuenca, 293 pp.
Joaquín Saúl García Marchante (El Provencio, 1947) es doctor en Geografía por la Universidad Autónoma de Madrid, ha ejercido la docencia en la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca, de la que ha sido vicerrector y, además, tuvo una pequeño experiencia política como concejal en el Ayuntamiento de Cuenca, conocimiento interno de las peculiaridades de la instituciones municipal capitalina que sin duda le ha servido de ayuda y experiencia para poder escribir este libro, con temática tan singular como interesante, Economía forestal del Ayuntamiento de Cuenca, que ha sido editado por la Diputación Provincial inaugurando con él una nueva serie, la titulada, sencillamente, “Economía”.
Temática singular e interesante, he dicho ya en el párrafo anterior, que conviene ahora ampliar y comentar. En efecto, son escasos, muy escasos, libros, incluso los artículos, dedicados específicamente a analizar cuestiones tan complejas como las económicas con aplicación directa a la provincia de Cuenca y dentro de ese amplio territorio aún hay menos trabajos referidos a una cuestión tan monográfica como la explotación forestal que desde hace siglos viene llevando a cabo el Ayuntamiento de Cuenca, como gestor de los 22 montes públicos que son de la ciudad y que proceden, inicialmente, de la donación efectuada por el rey Alfonso VIII a finales del siglo XI, incrementada después con otras adquisiciones e intercambios territoriales. Sobre este asunto, escritores, periodistas y comentarista en general suelen recurrir siempre al tópico sobre la incalculable riqueza que representan estas propiedades y también, sobre todo, de qué modo han llegado a ser el soporte básico de la economía municipal, mediante los ingresos anuales que genera la venta de madera, concepto que debería haber sido suficiente para hacer de Cuenca una ciudad próspera y autosuficiente, algo que ha estado muy lejos de ocurrir y sobre lo que García Marchante pasa de puntillas, insinuándolo, sí, pero sin profundizar en ello.
Aparte este pequeño matiz, el libro es un extraordinario alarde de recopilación documental y de elaboración razonada de los materiales obtenidos, prácticamente todos en el Archivo Municipal de Cuenca, que a pesar de la constante desatención del Ayuntamiento por conservarlo en buenas condiciones, es un magnífico depósito de documentos susceptibles de ser razonablemente utilizados. En este caso, el autor ha estructurado su obra a partir de un capítulo inicial en el que expone las características física de la Sierra de Cuenca para seguir con la evolución histórica de cómo se ha ido elaborando la propiedad de los montes, desde la ya citada donación inicial para entrar luego en cuestiones mucho más concretas como el análisis jurídico de esta propiedad y los diversos incidentes que se han generado en torno a ella, sobre todo por la apetencia de los pueblos del entorno por invadir el espacio propio de Cuenca en busc de pastos, leñas o terrenos para roturar, situación que ha dado lugar a múltiples pleitos que parecen, por ahora, suavizados. Hay un muy técnico estudio del comportamiento de la masa forestal según las estaciones del año y las situaciones bioclimáticas para entrar a continuación en lo que es verdaderamente el meollo del libro, como proclama desde su título, esto es, la manera en que el Ayuntamiento de Cuenca ha desarrollado una estructura económica muy peculiar, basándola en lo que deberían ser ingresos extraordinarios para alimentar con ellos el presupuesto ordinario pero que, sin embargo, en una distorsión anómala, ha invertido para dar naturaleza cotidiana a esos ingresos que deberían ser extraordinarios y, por tanto, aumentar los capítulos del presupuesto ordinario. García Marchante estructura el estudio por etapa, a partir del siglo XIX, en que se introducen normas legales concretas para desarrollar el aprovechamiento forestal de los montes y ofrece cuantiosos datos sobre ellos, incluyendo aspectos muy interesantes como noticias sobre los madereros y las fábricas de maderas que han trabajado en la ciudad, con lo que se puede concluir el comentario volviendo al comienzo, para destacar el interés y la originalidad de un libro de estas características.