Pintor residente en Cuenca en el siglo XVI, del que existen noticias en documentos fechados entre 1572 y 1594 por los que sabemos que en ocasiones trabajó junto con Diego de Segovia.  De hecho, en 1572 ambos firman el acuerdo para trabajar a medias el retablo de Villar de la Encina. Ese mismo año reclama lo que le debe la iglesia de Campillos Paravientos por una imagen de la virgen. En 1580 aparece trabajando en un monumento efímero para la catedral y en un retablo con la advocación de Santa Ana para la iglesia de Beteta y al año siguiente en un “retablito de Nuestra Señora de la Concepción” para la misma iglesia. También en 1581 trabajaba en un retablo para la iglesia de Cañizares y en 1582 hizo una imagen de San Pedro para el lugar de Bascuñana de San Pedro y un retablo completo para la iglesia, mientras que con su hermano Miguel hacen el retablo de la iglesia de Fuertescusa. En 1585 figura junto con Pedro de Villadiego trabajando ambos en los retablos de las iglesias de Tondos y Salvacañete. En 1590 se le reconoce una deuda de cien reales de plata castellanos que aún se le debían del total importe por un cuadro de la imagen de Nuestra Señora del Rosario, para el cabildo de esa advocación, en Zafrilla.

Referencias: Pedro Miguel Ibañez, Documentos para el estudio de la pintura conquense  en el Renacimiento. Cuenca, Diputación Provincial, 1990; pp. 262, 266, 269, 274, 279-289  / Dimas Pérez Ramírez, Pedro de Villadiego y el retablo mayor de Tarancón. Tarancón, 1978, p. 87 / María Luz Rokiski, “Artistas del siglo XVI en Cuenca”. Revista Cuenca, núm. 33, primer semestre 1989; pp. 41‑43.